Sentadita en el andén,
al viento el hermoso pelo,
sus caireles en vaivén,
oculta la carita el sombrero.
se recortaba su imagen,
en fría sombra lejana,
fino vestido ondulaba,
podía verse el encaje.
Parado ahí, sólo la miraba,
ella...agachada.
Presentí, que cargaba alguna pena.
Curioso, miré bajo su sombrero,
cristales brillantes en sus ojos,
manos mojadas de amor verdadero,
húmedo pañuelo de tanto sollozo.
Llevaba así muchas horas.
-¿Señorita qué le pasa?
está aquí desde la fresca Aurora,
van muchos trenes que pasan y pasan.
La cita era a las diez.
¡No sé, por qué me citó!
por qué me mintió.
¡Si con otro se fue!
Me dijo que era gay.
Lo ví besándose con él.
¡Quería que viviéramos los tres!
😥