Ascendentes, las notas de música celestial
invaden mi cuerpo terrestre
y acabo en un éxtasis omnímodo de gloria,
abrumado bajo el arco de los muertos
desde siglos,
rodeado de los niños inocentes
en la tierra,
engañado por mil mágicos placeres
pasajeros,
olvidado por aquellos que ya nada
me desean…
Y en mi soledad eterna,
describo mi camino frente al sol
y avanzo firme…