Amalia Beatriz Arzac

No Supiste Querer, No Te Supe Matar

 

 

No supiste querer, no te supe matar

 

Esta noche nunca termina,

las paredes murmuran secretos,

fantasmas de carne y sombra,

acariciando la miseria.

 

Ojos vacíos, sonrisas rasgadas,

promesas que cuelgan de labios rotos

como cuchillos, rasgando

la piel desnuda de mi esperanza.

 

Tendida en el altar de la crueldad,

tus palabras, veneno dulce,

navegan en mi sangre,

coagulando mi luz.

 

Tus garras,

amante y verdugo,

desmiembran mi alma en cicatrices

donde hubo sueños.

 

Caricias,

heridas abiertas,

en tu abrazo, amor y odio se funden,

indistinguibles, inseparables.

 

Vi el abismo, la oscuridad infinita,

un alma incapaz de amar,

atada a un destino sombrío,

tortura disfrazada de deseo.

 

No supiste querer,

tu amor fue un filo oxidado,

una mentira de seducción,

una trampa sin escapatoria.

 

No te supe matar,

me dejé devorar,

prisionera de tu ausencia,

aferrada al dolor como realidad.

 

En el reflejo de un espejo roto,

vi el espectro de lo que fui,

un ser deshecho,

que nunca fue real.

 

Camino entre las ruinas,

cargando los restos

destrozados por tus manos,

sin poder liberarme.

 

En la soledad de mi existencia,

cubro mis heridas,

sabiendo que el único acto de amor

fue la despedida que nunca dimos.

 

No supiste querer,

no te supe matar,

y en esa trágica verdad,

se desvanece lo que fuimos,

se extingue lo que nunca seremos.

 

 

A.B.A 2024©

Amalia Beatriz Arzac

Buenos Aires – Argentina

 

Imagen: La Muerte de Cupido – 2020

Adriana Ballina – Acrílico s/Lienzo 90x90 cm