Patricia Aznar Laffont

11 de junio de 1987 (dedicado a mi hija Celeste)

 

Cuna y piel.

Y esa única gota de salado rocío

que atravesó en un parpadeo glorioso,

 tu cuerpecito y el mío.

 

Gimió tu carne en mí, en una alborada de miel

De un junio del pasado siglo.

 

Cuna y Sangre,

Y vos, sólo vos,

la dulce amapola que yo misma  

acuné en el silencio de aquella noche

de un rasgado y pleno plenilunio.

 

Pedacito de solcito tibio que fuiste

lloraste tu llanto de vida en el mío.

 

Mecida en tu canto repetido en sueños

y en ese añoso viento antiguo,

resuenan todavía mis lágrimas de amor

a la sombra de los mil desencuentros.

 

Arrullo aún mi voz y mis versos tristes

en vos, niñita que fuiste,

niñita-mujer de mirada de ojos oscuros,

en los que fueron y todavía son para mí:

 

¡Tantos recuerdos felices!

 

 

(Patricia)