Carlos Eduardo

¡NO!

 

Por favor no te enamores de mí,

no me digas nada que me haga pensar

algún trato especial de ti hacia mí;

 

tú eres linda,

me ligaría a ti;

 

no me rocen tus manos,

no me llegue tu perfume,

no me sonrías,

menos me escribas ni abraces con palabras,

no me envíes besos

ni nada cariñoso

o zalamero,

enloquecería,

vería una oportunidad

que no debo permitirme;

 

a mis años apasionarse

por una princesita joven y hermosa

sería una pérdida para ti

y eso no lo quiero;

 

tu vives bien, así como estás,

no me des motivos para cambiar;

 

tu mantén tu ventana cerrada,

que yo no vea volar ni una mosca

que mi imaginación también desplegaría sus alas

para alcanzarte,

vive a puerta cerrada,

no se vaya a escapar tu dulce aroma,

me rendiría;

 

ya las rosas de tu jardín me fascinan sin ti,

deja que la lluvia y el rocío las rieguen,

pues tu presencia me embriagaría;

 

sale temprano y llega al oscurecer,

así no podré verte,

estaré dormido 

y desearía morir en ese instante

para no soñar,

pues esas visiones escapan a la voluntad

y nos muestran las debilidades, ...

más profundas;

 

no, no quiero tenerte a mi lado,

preferiría huir,

tu sacrificio sería el fin del mundo

...