Tañidos
Me mecen los sueños
de un tiempo olvidado,
me gritan los ojos
que soy un extraño;
que ya no hay remedio…
y sueltan mi mano.
Sentencian los jueces
caducos y ancianos;
no son imparciales
y juzgan borrachos.
Tañeron campanas
sonaron los cuartos
maúllan sin ganas,
en celo, los gatos.
Malviven ausentes
los niños delgados,
movidos por hilos
de seda, dorados;
arañas peludas
llegan con engaños,
desnudas, parecen
gigantes humanos.
Que no me encontraran,
rogaba despacio;
y por los rincones
danzan a mi paso,
oscuras siluetas
como los soldados.
Bajo las alfombras
arrullan mis llantos
unas amapolas
que ríen rezando…
con tiernos capullos
me cubren de abrazos.
Águeda Molina2024