Yo era un triste vagabundo
Para mí, la vida no tenía sentido
Caminando triste en el mundo
Llevando mi corazón siempre mal herido
Por aquellas cosas, que el mundo brinda
Mis ojos se cegaron a la buena vida
Vestidas de una carita muy linda
Apoderarse querían de toda mi vida
Jesucristo, misericordia tuvo de mi
Que arranco de mi vida el dolor
Y un lindo camino, trazo para mí
Que en amor convirtió todo mi dolor
Gracias a ti, mí gran señor
Por apartar de mi vida el rencor
De mi vida que hoy es un gran sueño
Del cual tu señor….eres el dueño.
Hoy en ti señor, confía mi vida
La misma, que está llena de alegría
Al sentir tu gran amor cada día
Desde el momento que llegaste a mi vida
Aquel día que moriste en la cruz
Pero, que al tercer día resucitaste
Y al mundo lo llenaste con tu luz
Y de las tinieblas, a todos nos libraste.