Fernando Endara

AMOR PERDIDO

Eres tú quién perturba mi silencio,

sin ti mi vida se siente en el quebranto,

solo tú puedes llevarme al borde del devaneo,

no eres aquella que entre dos sigilos insondables se dispersan.

No difundas tu voz hacia el viento,

ni retumbes en el arenal de tu orgullo,

no huyas de mi alma por la cúpula del cielo,

regresa como la ráfaga apagada en el aliento.

Hoy todas las músicas se rompen

por oscuras calles, por dispersas estrellas grises,

se que el brillo te tus ojos color de luna no pedirá compasión,

razón tengo desde el mórbido sigilo de mi ser, llamarte piadosamente.

Mira que soy el alba enlutada en cenizas,

la llama sin un soplo de destello, lluvia que no moja la caricia de tu alma.