(Quintetos de Manuel Gutiérrez Nájera)
¡Oh, Prometeo!, no depare en ti
la condolencia al beso
que, va mermando, ¡no depare, no..!
No ha de ser la ceniza,
¡amor de Prometeo!
Sea en ti, sea en mí, la fiera hoguera
y no braza exangüe
que espera ha ser pavesa en nuestra historia.
¡Mi Amor, mi gran amor!
Sea tea y falange.
Que se yergue encendida en nuestra vida:
Sea en ti, sea en mí,
lo más sagrado y pulcro, y no dolor.
¡Sea tea y falange!
¡Amor, amor.., sin fin!