La fe pernocta,
mientras que la razón
escala entre dudas,
en busca de la cima
que le brinde certeza;
en tanto el amor se asoma
con esa intrepidez
que le caracteriza...
Se forma un tornado
dentro del cerebro aturdido;
y el corazón se afianza a la fe
para vestirse del amor
que lo aprisiona en un suspiro,
reavivando a la pasión
que aflora y se decanta
por doquier, llenado todo de vida.
Desde las entrañas...
todo toma sentido,
se reescribe mi destino
sin temer a lo desconocido;
me blindo con el coraje
que siempre protege y provee
lo que mi espíritu requiere.