Abro los ojos, despierto, estoy aquí, solo, entre cuatro paredes que reflejan un horizonte vacío.
Puedo verte y también puedo verme en ti, nuestro verdadero y puro amor, fruto de la siembra que fue solamente para ti.
Miro hacia atrás y observo un largo camino, pienso, y veo tantas cosas, mucho dolor pero mucha más felicidad envuelta por la luz más intensa, nuestro amor.
Te amo cada día más, como a él y veo un gran camino por delante, donde se escribirán las estrofas más bellas de nuestro poema.