Sonríe el corazón de acero
que antes lloraba efusivo;
ríe seco en el aguacero
cuando no era incisivo.
Sonríe para sentirse vivo
porque halló una senil flor;
rosa que le da savia de amor
que exacerba su sentido.
Sonríe sin eco mi sonrisa, risa para ella exclusiva ;
me atrae su miel a toda prisa.
Sonríe con labios de dulzura;
cambiaste mi férrea amargura
como el más fino regalo.