Derribaré las puertas, derribaré ventanas,
si vienes a buscarme diciendo que me quieres.
Si llamas y me expresas que ahora quieres verme,
derribaré los muros, derribaré murallas.
Allanaré el camino que va rumbo a mi casa,
si caminar tú quieres por el camino alegre.
Si quieres ver el bosque con todos sus laureles,
allanaré las rutas que a ti mejor te plazcan.
Te esperaré paciente, también esperanzado,
si vienes algún día tu vida a regalarme;
si vienes y me entregas tu cuerpo para amarnos.
Y para cuando vengas te pintaré un paisaje
color de primavera que anule los veranos
y escribiré en tu cuerpo… ¡que vivo para amarte!