Tengo en mis manos
el peso suave de tus caricias,
la música silente de tus risas,
y en mis ojos, la luz de tus miradas.
Tengo, en mi boca, tus besos
como ecos urgentes,
cada uno un puente hacia lo eterno,
que me recuerda que la vida es ahora.
En mi piel, el mapa de tus manos,
tus huellas que dibujan territorios,
y siento, con cada roce tuyo,
que habito un paraíso sin exilio.
Lo bueno, lo hermoso, lo inesperado,
el sol irrumpe en el horizonte.
Tengo miedo de perderlo,
que sea solo un préstamo y no un don eterno.
Miedo de que el reloj avance,
que se lleve consigo las risas,
las noches y los amanecer,
y al espacio entre tus brazos y los míos.
Quisiera ser valiente,
soltar las riendas y abrir mi ser
a esta alegría que tejemos cada día,
sabiendo que cada flor, florecer a su tiempo.
Pero aquí estoy,
enfrentando el miedo,
mirándolo a los ojos,
tratando de no ceder ante su sombra.
Así que respiro hondo,
y en cada inhalación,
llenarme de coraje que me permita
vivir sin ataduras, amar sin temer.
Porque hoy, justo hoy, elijo vivir sin temor,
respirar el ahora en plenitud,
forjar la eternidad contigo,
aunque el mañana tenga otro camino.
A.B.A 2024©
Amalia Beatriz Arzac
Buenos Aires – Argentina
Imagen: El Abrazo 1917
Egon Schiele – Oleo s/Lienzo 100X170 cmm