Extrañamos a quien no nos extraña, pensamos en quien no nos piensa y lloramos por quien no nos llora. Y así vamos por la vida creyendo y deseando cosas que no van a suceder. Las cuestiones de la vida y el compromiso de uno por lo irremediable, por lo inviable de los sentimientos expresados. Nos atormentamos por cuestiones ya definidas mucho antes de sufrir, pero que son invisibles a nuestros ojos enamorados y testarudos. ¿Entonces que se puede hacer en todos estos casos ? El corazón siempre llama a quien se que quiere y se ama, y esa disputa de la razón y el sentimiento es un proceso amargo cuando no se es correspondido. ¿Que se podrá hacer más allá de suspirar y desear ? Mentirse y pensar que todo algún día se dará solo aumenta un poco nuestra melancolía...