Humberto Gómez Sequeira

Una ciudad blanca

Más allá

de la salvaje avidez del estómago

del placer ordinario del orgasmo

de la verdad televisada

por los satélites espías

que orbitan la mente

de la ley oferta y demanda

de carne sangrienta 

aprobada por el gobierno

del presupuesto de guerra

del costo de la vida eterna

del cordón umbilical

que nos une a la cuna del radón

del patriótico orgullo

de comer hamburguesas McDonald

de la infraestructura del átomo

del gran agujero oscuro

del ojo de la trinidad

de la corona púrpura del Empíreo

hay una ciudad blanca

limpia de anuncios, precios y fronteras

consciente y libre de ansiedad

sumida en un silencio profundo