Más allá
de la salvaje avidez del estómago
del placer ordinario del orgasmo
de la verdad televisada
por los satélites espías
que orbitan la mente
de la ley oferta y demanda
de carne sangrienta
aprobada por el gobierno
del presupuesto de guerra
del costo de la vida eterna
del cordón umbilical
que nos une a la cuna del radón
del patriótico orgullo
de comer hamburguesas McDonald
de la infraestructura del átomo
del gran agujero oscuro
del ojo de la trinidad
de la corona púrpura del Empíreo
hay una ciudad blanca
limpia de anuncios, precios y fronteras
consciente y libre de ansiedad
sumida en un silencio profundo