Tú viniste, sin que un plan, yo urdiera.
Nos miramos y, ya no hubo otros ojos.
No quería que, mi amor, se difundiera.
Soy discreta, no me rindo, por antojos.
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Siempre, fui coqueta en lo que hiciera.
En mi vida, he habilitado, los cerrojos.
Jamás quise que, alguien, me siguiera.
Tampoco, les doy acceso a mis enojos.
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En la vida he, aprendido, serias mañas.
Y qué, si no te gusta algo, no lo acojas.
Pagarás un precio por un sí qué, es No.
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Si te cuidas, evitarás ver a la guadaña.
No es poco, saber a quiénes, tú alojas.
Y, menos aún, qué lección se te olvidó.