Cada día me convenzo que sólo
soy felíz, porque contigo, si no te daba
lo que tú querías cómo te enojabas,
hasta no querías que compartiera
la misma cama, y en la mesa no
ponía el pan habiendo en casa.
Yo por no tener problema ni enojo
contigo, mejor salía a cenar a la
calle, hasta brabiaba que de mi
chosita nadie te hechaba,
tuve que acudir a fuerza para que
te vayas. Hoy te lamentas por tu mal
carácter, y no valoraste a este
hombre que te amaba.