Esta noche me alimento del brebaje frío de mis pensamientos,
de los cadáveres de todas las palabras aquí escritas
y que refractan inmóviles a un mundo gris de transeúntes.
Esta noche asumo el dolor de la hora exhausta, mohosa,
que me relata los cansancios de la muchedumbre,
de todas las nostalgias y de todos los misterios...
Sostengo con la mirada el tejido suave de unos sueños
para llenar de anécdotas la noche a ver si logro asombrar al cielo.
Ah, "de soledades también se nutre el alma" –dijo alguna vez un poeta.
Sopla el viento en forma de pájaros de mínima ausencia
para estrellarse contra las ventanas que me rodean,
para que el recuerdo entre por los ojos, como un pez luminoso.
Pero aquí silban, cantan y bailan las palizas dadas por la soledad
y yo solo quiero dormir, dormir callado como dormiría un hoyo
bajo la tutela de los duermevelas de esos, tus ojos grises...
Todo cae en esta noche
desde un pecho abierto
en largo ruido de gotas...