Patricia Aznar Laffont

Herida que no cierra

Fue el Cincel que Esculpió

esa, tu Borrosa Figura...

 

Fue la Hondura de mis Labios Partidos

que Salpicó de Mieles

esa, tu Boca de Damasco

Maduro...

 

Fue la Mítica Flor

que Arrulló la Cándida Rosa

Abrazada a mi Piel

y mi Beso...

 

Fue el Misterio

del Ser un Uno:

 Tu Cuerpo y el Mío.

 

Fue ese, el Instante,

 el Plenilunio de Amor que 

se Desfloró mi Inocencia

y mi Sangre...

 

Fue el Rubor Encendido en

mis Tibias Mejillas...

 

Fue el Ardiente Ardor,

el Amor Florecido

que Suplicaba

lo Eterno...

 

Fue el Después,

Fue el Olvido,

Fue la Ausencia,

la Noche Apagada,

 

y la Herida,

 

esa, 

 

la Única y Eterna Herida,

 

que Nunca

Cierra...

 

 

(Patricia)