La tormenta nos reunió,
nos refugiamos protegiéndonos del viento
que presagiaba una noche larga,
sin luna,
sin estrellas,
sin romanticismo.
A lo lejos, rugía un mar enfurecido
desde sus profundidades emergían
las más espantosas criaturas
sembrando el caos por donde pasaban
devorando
estrujando
aprisionando
ahogando.
El viento,
cada vez más violento
arrasaba con todo
que se encontraba a su paso.
no había escapatoria.
De repente,
el mar se calmó
el viento cesó
la tormenta huyó,
una oscuridad
estremecedora
se adueñó del mundo
y luego
silencio
quietud
Paz.