_ Evolución de Nuestro Amor_
En los primeros días, todo era nuevo, un jardín de promesas y sueños por cumplir,
donde cada sonrisa era un rayo de luz, y cada mirada, un secreto por descubrir.
Caminábamos juntos, de la mano, explorando el mundo con ojos de asombro,
cada paso un descubrimiento, cada conversación, un tesoro en lo profundo.
Con el tiempo, nuestro amor maduró, como un buen vino, añejado con cuidado,
las risas se volvieron más suaves, las palabras, más sinceras, el silencio, más sagrado.
Atravesamos tormentas y días grises, pero nunca soltamos nuestras manos,
enfrentamos juntos los desafíos, y crecimos, lado a lado, como humanos.
Los años pasaron, y nuestro amor se transformó, de la pasión ardiente a la calma del entendimiento,
aprendimos a valorarnos en la rutina, a encontrar belleza en lo más sencillo y lento.
Ahora, en la serenidad de la madurez, miro atrás y veo nuestro camino recorrido,
cada risa, cada lágrima, cada abrazo, un testimonio de un amor que ha florecido.
En tus ojos aún encuentro mi refugio, en tu sonrisa, la promesa de un mañana,
sigues siendo mi hogar, mi destino, el amor de mi vida, mi eterna ventana.
Y aunque el tiempo siga su curso imparable, y nuestras manos muestren el paso de los años,
sé que nuestro amor es inmutable, un faro en la noche, un eterno canto.
Hoy, seguimos juntos, tú y yo, dos almas entrelazadas en el azul mar del tiempo,
celebrando cada día, cada momento, agradeciendo por este amor, tan nuestro, tan cierto.
De chispa a llama, de risas al alma, tejido en complicidad y calma, ahora,
la mirada serena, un amor que el tiempo ennoblece,
un hogar en el otro, donde el amor prevalece.