Por primera vez mis dedos sintieron un abrazo de otra piel
y estos labios curiosos se adentraron como un oso
en búsqueda de su miel.
¡Oh, cuán feliz fueron aquellos labios olvidadizos!
Fueron capaces de olvidar amores enfermizos.
Arropados por un vago sentimiento
de un cariño que nació sin fundamento.
Corazones jóvenes que sin darse cuenta
Que así como llegó, así se lo llevó el viento.
Hasta que fui capaz de mirar con cautela
luego de ir despacio porque me ganó la prisa.
Fue el camino para ver que nuestras mentes son paralelas
y el creer que podría amarte dejó de darme risa.
Conocí a las aves que te ven como un hogar;
percibí a una especie invasora.
Difícil no es caer en desconfianza,
difícil es saber que a esta confusión pronto le llegará la hora.
Perdóname si sembré raíces en profundidades
que te fueron desconocidas, sabiendo que no sería yo
Quien pudiera cosecharlas.
Solo queda dedicarte las letras que nunca
me hubieran nacido porque
olvidé enamorarme de ti.