Azota a la vista la pared blanca
en la cárcel de pensamientos vagos;
expira mi lucidez en los estragos;
el color de la memoria se estanca.
Sanan mis ojos, brilla cielo azul;
el anhelo libre ansioso explota
como un trueno perdido rebota
en la copa florida de un abedul.
Pero, solo es un imaginario
perenne de una absurda idea;
el consciente no quiere que vea
a un mal veridico y necesario.
El corazón imagina la travesía,
antagónica del espurio encierro;
divagando los errores y yerros
donde la libertad es pura fantasía.