Tuberias atascadas
si fluye mucha gente.
Lagartijas humanas
con bolsa y sombrero
a ras de suelo.
Arterias del cuerpo urbano
por las que circulan coches,
como si fueran plaquetas.
Nos hablan a traves de señales,
que obligan o prohíben el paso.
Rincones místicos.
En ellas uno puede perderse
o encontrarse.
Muchos de sus nombres
resucitan muertos.
Escenario flotante
con espectadores
aferrados a ventanas abiertas.
Cada una tiene su olor y colorido,
que la diferencia del resto.