En el susurro de las hojas, en la danza de las ramas,la naturaleza nos abraza, nos envuelve en su calma.
Los árboles, ancianos sabios, alzan sus brazos al cielo,y en su piel rugosa guardan historias de un tiempo antiguo.
Las plantas, humildes y tenaces, brotan de la tierra oscura,sus raíces entrelazadas como hilos de una urdimbre segura.Vibran al ritmo de la vida, en una frecuencia ancestral,
y en su verde lenguaje, nos cuentan secretos esenciales.
Somos animales, también portadores de esa memoria ancestral,nuestras células guardan la sabiduría de un linaje vital.En el abrazo de la naturaleza, sanamos heridas profundas,como lo hacían nuestros ancestros, bajo la luz de la luna.
Así que camina entre los árboles, siente la tierra bajo tus pies,
deja que el viento acaricie tu piel, y escucha lo que ella te dice.
La naturaleza es nuestro bálsamo, nuestro refugio sagrado,
donde la raza humana primigenia encontraba su equilibrio anhelado. πΏπ³