Demasiado escarabajo
para llegar a pelotero
pero poco caja para ser fuerte.
Muy raíz para sentirme cuadrada
aunque poco tanto a nivel por ciento.
Demasiado clavo para entrar ardiendo
pero más cuarto que creciente.
Mucho caja para ir de fuerte
pero poco atómico entre tanta bomba.
Por desamor al arte, las flores
me operan a corazón entreabierto
aunque por amor impropio
me privo de propiedad.
Por matar el rato y ocultar
el tiempo muerto,
se me acusa de homicidio prudente
y por corregir faltas, de mataerratas.
Bajo estos mimbres, pese a evitar
mi encuentro con ella, a la poesía
no le quedó otro asa donde agarrarse.