Misteriosamente llegaron a mí …
encantadoras imágenes hechizantes.
No logro aún descifrar el por qué,
es como una alucinación, una premonición…
o tal vez, algún recado oculto.
¿Por qué ahora?,
cuando se supone que estoy deshecho por dentro,
cuando la aflicción me va ganando la batalla,
y la melancolía me ha enfriado el alma,
el corazón ha dejado de palpitar con convicción…
y en mi mirada hay una expresión difícil de disimular…que denota nostalgia.
Qué extraño resulta todo esto,
me vi repentinamente ahí, como en un sueño,
encaramado en un balcón de madera…hecho de roble…en una casa de piedra,
adornada con geranios policromados…sobre masetas de diversas formas.
Porque tanto color como de fiesta… tanta luz,
un sol relumbrante…
trazando sombras intensas en el piso y en las paredes,
conjugando un paisaje contrastante…lleno de magia.
Trato de describir aquello que vislumbra mi subconsciente,
un acontecimiento maravilloso…que me conforta,
como si fuera un encargo de buenaventura,
una alegoría de alianza…
como si anunciara que ha terminado la tormenta.
No veo un arcoíris,
veo un balcón lleno de geranios multicolores…
con el sol avivando sus matices…
y dando sombra debajo de frondosos árboles y arbustos.
Me veo encaramado en ese balcón…mirando a todos lados, eufórico,
me veo contento…y hasta sonrío.
Qué extraño todo esto,
hace tanto tiempo que no me he visto sonreír…que hasta parezco otro.
El verme así…ahí…me ha invadido de paz,
y siento una satisfacción indescriptible,
es como una visión…
una sublime ilusión que ha recuperado mi aliento.
Hay un cielo azul intenso…
y unas cuantas nubes inmaculadas…
que juegan a bosquejar representaciones ilusorias.
Todo es perfecto,
sopla una brisa cándida…que llena el ambiente de fresco.
No hay mucha gente alrededor,
y los pocos que cruzan por el sendero…saludan con afecto,
y también sonríen, y se nota la sinceridad en sus rostros.
Qué bonito se siente estar ahí,
no quisiera despertar de este apacible momento.
Que no sea un espejismo, por favor,
que no sea un sueño,
que sea real y eterno.
Quiero quedarme ahí,
más sin embargo…inevitablemente pronto despertare,
y la realidad me teñirá de grises otra vez…como de costumbre.
¡Qué extraño!,
a veces lo único que queremos en la vida… es un balcón así…
pintado de fiesta.
Un balcón pintado de fiesta.