David Arthur

No como le dirían

 

La campana de la iglesía anunció 

temprano los matines del domingo,

la criada tocó y entró su dormitorio,

a despertar el durmiendo mozo,

a un día de perturbaciones prometedoras.

Bañado, peinado y vestido

en ropa de domingo fue presentado,

al ojo crítico de su madre,

quien, con fisonomía severa, se quedó

esperando con impaciencia  para irse.

*

El viaje con un coche de caballos,

no era, como siempre los domingos, a la iglesia,

sino, a la estación de ferrocarril Victoria,

por recibir la cabeza de la familia.

Para el jóven ninguna dichosa reunión.

*

Al llegar el tren y con un fuerte siseo se detuvo,

redondeando la pareja con vapor, humo y ruido

el jóven con sus pensamientos aprensivos,

mientras su madre prefirió agarrar su paraguas,

en vez de la mano de su hijo.

*

Su padre de mentalidad tradicional le había inscrito

su hijo en el internado en donde el estudiaba,

una institución con regulaciones estrictas,

entrenamiento para las universidades élite,

adecuadas para futuros oficiales y caballeros.

*

Reglamentación era una vida que el muchacho temía,

sus sueños no eran de una carrera política

o militar, donde la caballería, con sables sacados,

pelia en un país de algún nombre de *Transvaal.

Sabía que un día rebelaría pero la libertad

de un artista y poeta le permitaría pintar y escribir

como él lo percibería y no como le dirían.

 *                                 

David Thorpe ©®