Otra vez en este lugar cubierto de oscurida, este dejavú no me deja en paz.
Esa triste melodía invade mi mente y la aprieta con fuerza.
Los latidos de mi corazón confunden mi rumbo , mi norte y mi sur.
Despierto y no estoy en mi cama, es en medio de un bosque frio y húmedo.
Estoy rodeado de fieras a punto de matarme, pero no lo hacen , solo hablan.
Me advierten del peligro que corro al olvidar mis sueños de niño y juventud.
El dibujo y la escritura me daban vida y ahora están lejos de mi.
Los buscaré y los guardaré en mi corazón para que con su luz cubran mi ser.