Nicolás Alejandro Gabriel

AMOR

Amor...

piel de mi piel, mujer vibrante.

Ansío verte pronto, como bien lo sabes.

 

Es que son estas agudas agitaciones, aquí,

en lo más recóndito, en el filo vulnerable de mi alma,

y en cada una de mis fibras sin forma,

las que me atosigan y exigen por ti.

Necesito y ¡cuánto! Del veneno curativo

que solo habita en la intimidad de tus brazos, en su sótano.

Del agasajo de tu mirada al reencontrarnos.

De los tintes peculiares de tu esencia 

para hacer aromaterapia y así,

sobrellevar esta desavenencia.

Más que nunca me gustaría que fuéramos como siempre.

Como solía ser en aquellas horas desveladas y desnudas,

cuando asolabas nuestros cuerpos

hasta que no quedaban indicios de mí.

Ni rastros, ni huellas de hulla, siquiera cenizas,

después de atravesar por la boca mezquina...

de tus llamas devorantes.