Me muero por llevarte al rincón de mi guarida, acariciar tu rodilla por debajo de la mesa mientras cenamos, beberme sorbo a sorbo tu mirada, darte un beso con matiz de una ilusion y mientras se termina el vino debatir si contengo mis instintos o abrazarte y jamás dejarte ir.
Si pudieras un minuto estar en mi entenderias lo que tu me haces sentir, te quedarías a vivir dentro de mi, sabrías qué no hay un momento qué yo pueda estar sin ti, que me absorbes el espacio y solo me queda aire para respirarte, que despacio me haces tuyo y si me tocas te darías cuenta que no puedo estar sin ti.