El verso en esta vida, ya cerró sus manos y no escuchó al cielo, temblando de frío en el invierno, algunos murmuros y poetas, bebieron néctar de humus en el fondo de la charca, pretendiendo masturbar sus almas y eyacular sabiduría en un solo momento.
Cuando el silencio se ve al espejo, se saborea el desprecio, de corromper al ego con un estruendo, al desnudar mi verdad en un pensamiento.
Un néctar atento, nace entre las piernas de un recuerdo, intentando buscar un momento, un simple momento en el que la realidad sea silencio, pensando dentro de mi, que solo se trata de eso.
Corrompo la luz con la mirada, vomitando ideas a largo plazo manchadas, en las que creo encontrar razón, sin pensar, ni saber, que la ignorancia detrás del ruido, pintó una canción callando un poco y desechando un verso frente al espejo.
Debo creer en la luz, si sincera y sensible me ha hecho humano y hoy las alas me hicieron necio.
El reflejo corrompió mi ego y la dejo entrar tras mi mirada, es decir, a la luz, un atento señor es lo que he sido, creyendo en mi, cual todo erguido, aun cuando mi sonrisa... borre el silencio hablado.