Tarde de fiesta en la plaza
brilla el sol en barreras,
ya está caliente la arena
los redondeles y gradas
ya se prepara el maestro,
para empezar la faena
y en el centro de la plaza
brinda a suertes su montera,
y ha salir la muerte, espera
haciendo porta gayola.
La muleta y el capote
con maestría moverá,
haciendo abanicos al aire
los pitones, burlará
entre la arena y la sangre.
Detrás del burladero
ya se dispone a salir,
haciendo ese gesto torero
clava en el lomo el acero
y otra vez se vuelve a ir,
con arte el banderillero.
El picaor también sale
a lomos de su caballo,
y toca con lanza incurable
sobre el lomo del astado
que se pinta en color sangre.
El animal se defiende
y ya cansado se encuentra,
en los tendidos aplauden
la gente que está contenta.
El maestro da sus pases
molinete, afarolado
verónicas y derechazos
y va tiñéndose el traje,
en ese rojo brillante
que el animal va dejando.
Ya se prepara el final
y a espada y a capote,
dará firme ese estoque
y acabará el animal,
haciendo honor a su nombre.
La faena ha sido buena
y la gente aplaudirá,
el rabo, y las orejas
de trofeo ha de llevar
y a hombros de su cuadrilla,
al maestro sacarán
por la mas grande de las puertas.