Jose de amercal

PRESIDENTES

En la historia de presidentes corruptos,
se entreteje un oscuro y triste relato,
se llenan los bolsillos con descaro insensato,
y huyen del país como verdaderos astutos.
 
La avaricia y la codicia los consumen,
enriqueciéndose a costa del pueblo,
su deshonestidad es un desconsuelo,
dejando al país en ruinas que resumen.
 
La corrupción se enraíza en sus actos,
se enriquecen mientras el pueblo padece,
su desfachatez y su cinismo crece,
y en la fuga dejan al país en tratos.
 
La patria llora la traición y la vileza,
los líderes que prometieron prosperidad,
se enriquecen con total impunidad,
y abandonan al pueblo en su tristeza.
 
La memoria del pueblo guarda la afrenta,
de presidentes que olvidaron su deber,
en la fuga, dejan al país en la tormenta,
su legado manchado de poder.
 
La corrupción carcome las entrañas,
de presidentes que llenan sus arcas,
se fugan con sus maletas y sus marcas,
dejando al país en sombras extrañas.
 
El saqueo es la marca de su gestión,
se llenan los bolsillos con desdén,
y en la fuga, dejan al país en vaivén,
su corrupción es una vil traición.
 
El pueblo clama justicia y verdad,
contra presidentes que roban sin piedad,
se enriquecen mientras causan calamidad,
y en la fuga dejan al país en soledad.
 
La corrupción es la sombra que los sigue,
presidentes que llenan sus bolsillos y huyen,
dejando al país en la desdicha que fluyen,
su deshonor y avaricia los persigue.
 
En la historia se escriben sus nombres,
presidentes que traicionan la confianza,
se enriquecen con total desvergüenza,
y en la fuga dejan al país en hambre.
 
El saqueo y la codicia son su legado,
presidentes que llenan sus bolsillos y huyen,
dejando al país en la miseria que fluyen,
su deshonestidad y vileza es un pecado.
 
La corrupción es el sello de su gestión,
presidentes que roban sin remordimiento,
se enriquecen a costa del sufrimiento,
y en la fuga dejan al país en confusión.
 
El desfalco y la traición son su huella,
presidentes que llenan sus bolsillos y escapan,
dejando al país en la desgracia que atrapan,
su avaricia y deshonor en la estrella.
 
En la memoria del pueblo queda la afrenta,
de presidentes que olvidaron su deber,
se enriquecen con total desdén y poder,
y en la fuga dejan al país en tormenta.