Cuando desee un beso de amores,
en labios carmesies carnosos,
de rostros bellos y hermosos,
hallé el néctar de miel y sabores.
Cuando besé sin temores,
en una tarde veraniega,
flote en nube que navega
entre algodones de colores.
Cuando no esperé el ocaso,
en mi piel y mis cabellos,
no admiré luces ni destellos
y pocos besos por si acaso.
Cuando vi llover por la ventana
el cielo oscuro lloraba;
un niño se deleitaba
con un beso en la mañana.