Una mano salio de una mis hojas, creí tener una pesadilla y no, se trataba de un sueño gris, ni tan lindo ni feo.
Esa mano pertenecía a una mujer a la que no pude ver su rostro, su bello y largo cabello lo cubría. Se trataba de un dibujo que nunca termine, pero su voz si la había imaginado, suave y dulce.
Conversamos toda la noche, claro, mientras dormía, lejos de todo chisme, ni mal pensados, que comenten que hablo con una mujer, o con una chica.No sabia que estaba soñando hasta que desperté y sentí paz.