Voces ruidosas de la penumbra
enmudecen en la luz sonriente;
huyen raudos al abismo
ferviente;
caminan frustrados sin sombra.
Voces sórdidas! Nada les asombra.
Sus miradas como laberintos,
largos y oscuros instintos,
sin tea que despojos alumbra.
Voces que callan necedades
reclaman para si justicia;
adulan verdades ficticias
pregonan sin temeridades.
Voces que aún lloran sin llorar
insensibles caen de rodillas
tiene sueños de pesadillas
oran angustiados sin saber orar.