Y no es cierto
que el hombre y sus vanidades,
contando medias verdades
o por pagar precio honesto,
ve en la marca del tiempo
como chirrían sus huesos,
y se le arruga la carne.
Y no es mas verdad
y te cuento,
que la envidia y la pereza
amarga la vida entera
del que la lleva por dentro.
O acaso si yo pudiera
destapar todos mis miedos,
los quemaría en la hoguera
renacería de nuevo.
Pues el que nace, o renace
pureza lleva en su cuerpo,
y el que no se porta bien
el tiempo lo va pudriendo,
convirtiéndose, tal vez
de sus males, prisionero.