Raiza N. Jiménez E.

EL Rosal Sagrado.-

Estuve recordando las rosas perfumadas.

No era divagancia, sí era, agradecimiento.

Y grité:¡Oh, sí qué son lindas, las rosadas!

Si veo un rosal, me acosan, sentimientos.

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No hay, para mí, otras flores, sí las Rosas.

A lo largo de la vida, no cambié mi gusto.

Las adoro y, no es, porqué, sean famosas.

Se ríen y sé que, decirles “bellas”, es Justo.

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La Rosa, luce frágil y, al toque rudo, ataca.

De naturaleza combativa, son sus espinas.

El resplandeciente Sol a su belleza opaca.

No existen Rosales en cualquier esquina.

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¡Las Rosas triste, son un presagio, mortal

Las Rosas bellas, adornan, el  ceremonial!