Estudié muchos meses,
canté muchos más,
viajé 15 lunas llenas
sin saber si parar.
Creí hacer de mi vida,
un compromiso capital,
canté para una empresa
una semana nomás.
Aprendí tanta experiencia
vendí postres 1 día,
hamburguesas dos meses,
trabajé sin valía
hice valor argentino, chileno, boliviano, en soles y colombianos
dolares de viajeros humanos,
con el corazón en la mano.
Hice monedas que ni reconozco
y aprendí a valorar con tan poco,
cada gramo de experiencia en mi alma
es abundante, contento, se emana.
Y quizás no me alcanza hoy en día
para pagar dos semanas de estadía,
pero se que en el fondo, en lo alto, la vida
siempre ofrenda en alguna energía.
Aquí no hay sueldo fijo, ni comisión que recibir,
no hay seguridad de en donde voy a vivir
pero hay tanto a mi al rededor que me ayuda a seguir,
si el compromiso es conmigo aprendiendo a existir.
Escribí, compuse, descompuse la tierra
limpié pisos, sabanas, semanas eternas
cuidé niños, hice de secretaria,
recepción, permacultura, limpié el lago una semana.
Con el afán de enmendar mi aventura,
caminé por las rutas oscuras
me subí a cada auto que eligió darme ayuda
y hoy ya no quiero viajar.
Quiero plantar mis semillas
quiero verlas brotar,
algo grande, cultura
un servicio de altura
que mi alma decida un nuevo ciclo de acción
y que cada experiencia me recuerde,
quién creo ser hoy.