Sigue la vida.
Chivirí, chivirí, llama el gorrión
a su madre la gorriona
por si acaso le abandona,
por ella tiene adoración.
Chivirí, chivirí, busca alimento
entre el árbol y el prado,
come con sumo agrado
canta alegre y contento.
Llega a la mayoría de edad
del nido se independiza,
su experiencia la utiliza
para calmar la ansiedad.
Toca buscar a su pareja
para la procreación,
elegir una ubicación
donde a su dama corteja.
Ya está completa la nidada
los nuevos padres contentos,
ahora buscan alimentos
para una vida reposada.
Antonio Reina Moreno 21/06/2024