En Ica, tierra del sol eterno y radiante,
donde la Laguna de Huacachina brilla con esplendor,
su oasis de ensueño cautiva con fervor,
entre dunas doradas, un paisaje deslumbrante.
El pisco y el vino, tesoros de la región,
aromas y sabores que deleitan el paladar,
en cada copa, la historia de la tierra se hace contar,
Ica, cuna de la vid, con pasión.
En sus viñedos se esconde la tradición,
en cada cepa, la esencia del terruño,
Ica, con su esencia y su arrullo,
una tierra de riqueza y emoción.
En la décima, Ica se viste de gala,
su sol eterno y su Laguna de Huacachina,
en cada verso, su esencia se ilumina,
tierra de encanto y belleza sin igual.