Desde que era niña la lluvia me agradaba,
verla caer tras la ventana, sacaba mi manos
para sentir, las gotas del agua.
A esa edad siempre se sueña, y un collar
siempre formaba, con las perlitas del agua,
que después en mi cuello yo lo colgaba.
Hasta que un día pensé en ser rica.
La lluvia apenas caía, salí toda descalza,
y mi cara puse hacia arriba, ¡ que placentero
era sentirme toda empapada!
Al fin puder lucir, la riqueza que tanto anhelaba.
Todo mi cuerpo se lleno ¡de perlitas de agua.