No recuerdo cuántas veces estuve
en un terreno acuoso con la nostalgia bajo el brazo.
Despacio cayó el estro que me dejaba en un gélido dilema,
no vi ni con lupa las sensaciones que antes
viajaban a bordo de una goleta formada en arcilla.
No te debo nada, pero tampoco diré que no soy agradecido.
Iniciaré mi travesía y llevaré sobre mis hombros el mutismo
y los recuerdos de cuando alguna vez coincidimos.