Empiezo cuando te pienso
Absorto como un asceta
Y termino resignado, moribundo,
enredado, iracundo, en la realidad.
Irrefrenables esos deseos de surcarte,
Cuando alcanzás el brillo del Paraná.
Al albor de un nuevo crepúsculo
Otro día que se rinde pero algo dejará,
Otro día que se rinde para sosegar
La luna que la noche traerá.
Ya no le guardo rencor
Al paso del tiempo,
Solo considero destiempo
Al tiempo que paso sin ti.
Inexpugnable como en el destino
Quedó un abismo refractario,
Y aún guardando su corolario
Levantó nuestras miradas del piso…
…Y su sonrisa lene
No hace juego con su paso arrollador;
aún así
es la alquimia perfecta.