Recio erotismo que inunda nuestras sábanas,
lujuria palpitante que entrelaza nuestras almas.
Valle de pasión con vertientes pronunciadas,
orgasmo eterno, fulgurante lascivia desatada.
Calor en cuenco que nos lleva a la dicha,
nuestros secretos en la cama, retablo de delicias.
Fantasías y manías acrecentan nuestro pacto,
nuestra sangre en sincronía fluye en este fugaz contacto.
En la danza de los cuerpos, en el vaivén del deseo,
nos perdemos entre gemidos, en un éxtasis sin rodeos.
Nuestros susurros, promesas de placer sin fin,
en esta unión ardiente, donde el amor es el festín.