lorenzo salamanca garcia

AMANTES:

Ella no sabia pensarse sin el.

El leia la vida por los ojos de ella.

Aprendieron a quererse como si cada encuentro fuera el de la despedida.

Sus vidas eran como chorros de agua transparente en la fuente de un parque donde unos niños, sedientos, gritaban y corrían.

La mejor cosecha de su amor permanece oculta en el granero de la memoria.

Sus casas tienen infinidad de puertas, siempre abiertas.

Amanecía cuando cualquiera de ellos llegaba.