Patricia Aznar Laffont

La Noche y la Nada.

 Presencias Amadas

Serenan y Arden el Aire Cuajado 

entre Huesos que Desdeñan mi Carne.

 

Sílabas Ciegas.

 

Negra Negrura en mi Alma. 

 

Y el sin Amor que Imita

esa Luz que no Calla.

 

Danzas de Cimitarras Desafinadas.

 

Sorderas que Hablan.

 

Epitafios Vacíos

Lacrados entre Mármoles Fríos,

que Lapidan mi Ser

entre Aguas Agitadas.

 

Lágrima Prístina y Cegada,

Eterna Sal de Vidrio 

que ya no Desgarra,

 

Estallá Ya! en el Vértigo

de mi Plena Memoria.

 

Vuela Ya!

Artera y Silenciosa Némesis Mía,

 

En el Vacío Negro 

que Iguala dos Albas Iguales.

 

En el Lacerante Grito que Aúlla

en mi Piel ya Arrugada.

 

 

Mi Condena será Sólo mi Ausencia,

Sin Armas ni Cuchillos

que Castiguen ni tu Cuerpo ni tu Alma.

 

En el Sepulcro Cavado

en mi Hueco, 

 

en la Memoria que Busca

la Sin Razón

de una Tormenta de Palabras,

 

Serás para Siempre

mi Noche Sellada,

el Mudo Mutismo,

 

la Nada...

 

(Patricia)