HASTA LA PUERTA.
La acompañé hasta la puerta,
aquella media noche serena,
y no la cerré… Quedó abierta,
por si volviera como una pena.
Y estuve entre vigilia y espera,
como espera la noche el alba,
y entre una expectativa somera,
el ansia se apoderó de mi alma.
Más fue vano su esperar,
al disiparse nocturnas sombras,
que ocultaban celosas las formas,
de un amor prohibido a consumar.
Y aún guardo la sensación,
de su piel y su talle desnudo,
del regio agitar de su corazón
y la libido en su gemir agudo.
No cerré jamás esa puerta,
para que, entre libremente,
a no ser que, sin darme cuenta,
el viento la cierre por accidente.
Más mi alma estará dispuesta,
a abrir de nuevo para amarla
y si entra al dintel de esa puerta,
volveré entonces a cerrarla.
Autor: Víctor A. Arana.
(VÍCTOR SANTA ROSA.)
Junio 22 del 2024.